La hora del café cargado

Cuando uno se hace esta pregunta: ¿Por qué me cuesta tanto dejarlo(a)? , en apariencia, suena bastante dramático, ya que algunos no se hacen muchos problemas a la hora de acabar una relación con la pareja de turno o con la mujer u hombre de su vida, (aquí no pasó nada). Pero, para algunos, esta pregunta tiene mucha carga afectiva e inestabilidad emocional que ellos no terminan de comprender por más que se les explique que es lo mejor para ellos. ¿Qué pasa cuando una persona no tiene la capacidad de decir "basta" hasta acá no más?, ¿por qué siguen al lado de la persona que lo(a)s hace sufrir?, ¿por qué les cuesta tanto separarse? Es complicado descifrar esto, pero se pueden añadir algunos argumentos debatibles si es que así lo prefieren a las suposiciones dadas a continuación.

Los seres humanos tendemos a   sentir apego y celos hacia las cosas que son nuestras, porque nos han enseñado desde pequeños a darle valía a nuestro peculio, que, aunque fueran bagatelas, los cuidábamos y mostrábamos celos cuando otra persona cogía estos. Claro está, que no todos son así de celosos con los objetos que poseen, ya que conforme han crecido e interactuado socialmente se han dado cuenta que las cosas se pueden conseguir, si es que estas se estropean o son arrebatadas.  Yo, por ejemplo, soy celoso y sí me importa dejar de serlo,  porque quiero estar bien con mi pareja y ya no ser así. ¡Quiero mejorar!