El culo más bonito

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En nuestros días el 99% de los hombres privilegian la posterioridad femenina como algo fascinante y deleitoso para el buen ver, por no decir el 100%. Y esto se debe a la formación cultural que han recibido de las generaciones anteriores (que siempre han magnificado tal dote femenino), y hasta se podría decir también a aspectos biológicos e instintivos que poseen los hombres al complacerse viendo las curvas femeninas, y propiamente dicho, el culo. Existe, pues, una apetencia visual, carnal y erótica hacia el culo de una dama, que no es más que una apetencia infame y trastocada de su verdadero significado que esta contiene.

Cuenta la historia que los hombres de antaño solían mirar o tocar el culo femenino para ahuyentar el infortunio y la mala suerte; le concedían un poder a este para contrarrestar el mal de ojo (fascinación) y las desgracias. Quizás muy pocos saben esto.

Relata José Luis de Vilallonga en sus memorias que: Federico Fellini (amigo suyo), le pidió que lo acompañase a visitar a una dama cerca de donde el vivía; a lo que él aceptó. Al llegar al lugar, los esperaba una dama de muy buen ver y con un cuerpo despampanante (bien despachada). La dama los invitó a pasar a sus aposentos y les sirvió un suculento desayuno para empezar el día, dicho sea de paso, muy sabroso para los comensales, según relata Vilallonga en sus memorias. Al concluir el desayuno y antes de marcharse de aquel lugar, Fellini le dice a esta dama muy hermosa y con un gran cuerpo lo siguiente: "Cara mostrámelo"; a lo que ella se arrodilla, se voltea, se levanta el camisón y le muestra su semejante culo blanco. Fellini se quedó un minuto atónito mirando aquel culo, que para Vilallonga fueron como si hubieran pasado cinco, por la perplejidad al cual estaba sometido su amigo mirando tal mostración. 

Ya camino a sus deberes, Vilallonga le pregunta: ¿por qué hacia eso?, a lo que Fellini le responde: "Un día sin ver ese culo, es una jornada sin sol", términos textuales. Fellini le decía que el solo hecho de ver aquel culo le traía buena suerte y se sentía motivado para trabajar, y que si no lo hacía, todo le salía mal, sin brillo, con ausencia de razones para hacer las cosas. Otra cosa que resalta Vilallonga en sus memorias es que Fellini nunca le puso un dedo encima a esa bella dama.

Es así, que mediante este breve relato podemos inferir que el culo femenino, más que una magnificación de la misma, servía a los hombres para ahuyentar las desgracias e infortunios que les podría acaecer en el día a día.

Sin ir muy lejos, este hábito de ver o tocar culos se ha conservado hasta el día de hoy. Aún en la clase popular el esposo toca, acaricia o da nalgadas al culo de su mujer antes de salir a trabajar para ahuyentar la mala suerte e infortunios que puede traer consigo el salir a buscar el pan de cada día. El día que no lo hiciese, es posible que le pueda ir mal.

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                                            Fuente: Google

Es por eso también, que en el mundo del hampa, los delincuentes tras cometer el hurto en las viviendas, tienen la costumbre o el hábito de defecar en las mismas, con la creencia de que al hacer su deposición excrementicia, la policia no será capaz de atraparlos . Todo esto no es raro, porque en cierto modo existe una asociación implícita con el culo y el alejamiento de la mala suerte. Deja tus comentarios.


Comentarios

  1. Desde ahora voy a darle unas palmaditas en las nalgas a mi esposa antes de salir a trabajar. Ah y tambien voy a andar con unas nolsitas llenas de caca para ir tirandolas por las calles dinde maneje a exceso de velocidad, ya saben para que no me agarre la policia jajaja

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  2. Tocar las nalgas femeninas y aún más si son bien carnosas es uno de los placeres más grandes de la vida.

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  3. El articulo original es de Marco Aurelio Denegri. Creo que se debe respetar los creditos.

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  4. Te equivocas, MAD lo describe y dice que esas palabras son de Federico Fellini.

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