¿Qué hago con mi depresión?
Es probable que estés leyendo esto con muchas ganas de saber qué hacer con tu depresión. Pero, lamento decirte que si puedes leer, al menos, hasta acá, es porque no lo estás de seguro, ya que ese estado no permite a quien lo está padeciendo, concentrarse, memorizar ni mucho menos leer estás líneas. Lo más probable, es que te sientas triste o profundamente triste, pero eso no es depresión.
Si te sientes profundamente triste por no tener dinero ahora, porque tu lavadora se malogró o porque te dejó tu novio, eso no es depresión. Lo digo en serio, porque en caso obtengas dinero, tu lavadora se arregle o tu novio vuelva contigo, regresarás a la normalidad, es decir, a tu vida como estaba antes. En cambio, la depresión es mucho más que eso.
La depresión es un trastorno mental que alguna vez un conocido publicista lo llamó el "black dog", para quienes no saben inglés el significado es el perro negro. Lo llamó así porque el padecimiento de tal trastorno es parecido a la carga que un gigante perro negro ejerce sobre uno, sin dejarte hacer las cosas ni dejarte disfrutar de las cosas que hacías antes. Es tan pesado y subyugante que no puedes escapar. Eso es depresión.
Cuando caes sumido en depresión se te van los deseos de continuar con la vida, crees que no vales nada, que eres un inútil, que la gente no te va a querer así, y un sinfín de pensamientos negativos. Desde ese momento podemos hablar de depresión.
Pero vayamos más allá. Una depresión no te viene de la noche a la mañana ¡No señor! Esta es como un tumor cancerígeno, el cual se viene acrecentando desde hace mucho tiempo atrás, sin que tú te puedas dar cuenta de lo que venía ocurriendo. Muchas de las personas que la padecen o padecieron han venido luchando con todas sus fuerzas contra pensamientos, ideas y representaciones negativas, que son puro sufrimiento. En consecuencia, en algún momento tenían que caer a los brazos de la depresión. No se informaron sobre lo que les estaba pasando; no buscaron ayuda y simplemente venían remando contra la corriente.
Por lo general, las personas que están empezando con el trastorno evitan, rechazan o neutralizan las situaciones frustrantes que les causa mucho sufrimiento y ansiedad, o quizás las enfrentan con sus fuerzas, sin saber que se requieren de mayores recursos o herramientas para enfrentarlos. ¿¡Cuántas veces has luchado por tu relación!? ¿cuántas veces te ha faltado dinero? ¿cuántas veces no conseguiste trabajo? ¿cuántas veces preferiste dejar pasar una infidelidad? Estos ejemplos predisponen a una depresión. De que la desarrolles o no es una cuestión de organismo y de tu estabilidad psíquica. Y cuando digo cuestión de organismo, me refiero a que hay personas que están predispuestas a padecerla por herencia, muy por el contrario, de aquellos que se los fabrican y se boicotean a sí mismos por sus estados de neuroticismo.
Los principales síntomas de una depresión son las siguientes:
- Pérdida de interés por las cosas que antes te gustaban.
- Embotamiento emocional, o sea, no sientes emociones por las cosas que pasan a tu alrededor. No te parece gracioso algo que lo es. No expresas alegría por las cosas que te deberían alegrar. Algunos lo llaman "aplanamiento de las emociones". Eres como un muerto en vida.
- Falta de energía para hacer las cosas. Te puedes pasar horas en la cama durmiendo, para luego despertar algo zombie y volver a dormir.
- Es común la falta de concentración. Puedes estar viendo televisión y tu mente divagando en cosas negativas.
- Pérdida de memoria. Es notoria cuando intentas entretejer hechos y no las puedes asociar.
- Falta de apetito.
- Hipersomnia e imsomnio, es decir, puedes sentir ganas de dormir a la mañana siguiente debido al insomnio pertinaz de la noche anterior.
- Fatiga generalizada.
- En muchos casos, ideas suicidas.
- Alto grado de irritabilidad.
- Supuestos negativos generalizados, o sea, la mayoría de actividades que te podrían ayudar son percibidos como aburridos, en vano, sin ningún provecho.
Todos los síntomas descritos anteriormente equivalen a un depresión clínica, la cual está consensuada por muchos especialistas en el libro de los trastornos mentales (DSM-V). Esto de la depresión no es un juego como muchos creen. Digo un juego porque muchos usan un término clínico como este como si fuera un término de la vida cotidiana. Como hoy, que escuche a una sobrina decir: "me siento deprimida porque no podré viajar". "Esto no es verdad. Puedes estar triste, mas no quisieras experimentar la depresión", le dije.
Por otro lado, el deprimirse es un trabajo arduo. Nadie se deprime así por así. Es un trabajo incesante que tú te la provocas. Estas constantemente bombardeándote con pensamientos negativos, erróneos, ilógicos, irreales, etc. Como dice un gran psicólogo: "estás todo el día erre con erre".
Así que, aconsejo tener diálogos internos más fructíferos con la realidad en la cual estás atravesando. Y recuerda que mientras tengas el pan y el agua del día puedes hacer cosas maravillosas por ti y lo demás. Deja tu comentario.
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