La verdadera amistad: "Mi otro yo"

Las risas interminables, los secretos contados y las llamadas de atención son solo una parte grata y no grata de la verdadera amistad que he compartido con mis grandes amigo(a)s. ¿Debería llamarlos así? Muy a mi pesar... sí pues. ¡Ja,ja,ja! Nada es tan complaciente como pasar un buen rato con nuestras amistades, y ver que la verdadera amistad puede durar años y se escribe con letras grandes.

Los amigos, por lo general, son personas que tienden a formar un apego o vínculo emocional bastante intenso con sus pares ("brother" o hermana), como suelen llamarse entre ellos. Este tipo de afecto los hace sentirse seguros y comprendidos en este mundo lleno de personas malas e hipócritas, que no hacen más que tergiversar esa hermosa palabra "amistad", llevándola a su forma más oscura y vulnerable.

¿Cuántas personas han pasado por nuestras vidas y los hemos llamado amigo(a)s sin serlo? ¡Muchas, verdad! Bueno, estamos en ese grupo mayoritario que lo ha expresado en algunas ocasiones. 


Por eso que, para considerar a alguien como un amigo(a) se debe generar un vínculo que involucre bastante afinidad entre los miembros que la conforman y que, con el tiempo, este vínculo emocional y casi sanguíneo, por así decirlo, conllevará a desarrollar esa inefable y tan virtuosa palabra llamada amistad a su máximo esplendor y sublimidad. No obstante, el término "amistad" ha venido siendo manoseado por muchos de estos miembros que la conforman, ¿y de qué manera? Pues creen que al tener una amistad con alguien, involucra que esta persona siempre deba estar disponible cuando él o ella necesite de esta, y no es así necesariamente, e incluso me pregunto: ¿qué tipo de amistad tendrían para que se dé así?

La verdadera amistad no significa que cuando tú te sientas "super mal" o dices: "¡ay, no sabes lo que me pasa!", tu mejor amigo(a) deba estar ahí para consolarte... ¡no! Tampoco significa que cuando tú necesites favores, tu amigo(a) deba atenderlos a la brevedad... ¡no! 

Los grandes amigos, al menos los mejores que poseemos, pueden dar siempre algo mejor que eso. "No te resientas si no te pudo ayudar con algo que querías", "no te resientas si no pudo estar el día de tu cumpleaños", "no te resientas si no te prestó dinero", ya que la verdadera amistad desde mi punto de vista va más allá de estas frases previas. ¡Ojo!(quiero aclarar que no es que nunca hagamos estas cosas mencionadas anteriormente; de hecho las hacemos), pero no necesariamente las veces que nuestro(a) amigo(a) lo requiera. No quiero pecar de injusto tampoco con los buenos amigo(a)s que cada persona posee. Ellos saben cuándo hacerlo.

                                            Fuente: Google

Quiero enfatizar esta parte que escribiré a continuación: 

Tal y como dice el título de este post: la verdadera amistad: "mi otro yo": Cuando menciono a mi otro yo, significa que tener un amigo(a) a tal nivel de confianza y de confluencia emocional nos va a llevar a sentarnos con él o ella para empezar a desnudarnos emocionalmente, a llorar si es necesario, a cometer infidencias que tu ser oculta y que no es capaz siquiera, de contarle a algún familiar: hermanos, padres, tíos, etc. A ese punto llegamos nosotros que somos a veces más que un simple amigo; somos el espejo de la persona afligida, quien en verdad tiene un monólogo o conversación con él o ella misma. Se encuentra a sí mismo, es capaz de soltar todo lo que tiene. Nosotros simplemente escuchamos.

No cualquiera de tus amigos tiene ese derecho (a no ser que anduvieras lloriqueando con cualquiera), ¡ja,ja,ja! Son algunos los escogidos que dan soporte emocional a tus requerimientos verbales. Ser ese amigo(a) es algo invaluable. 

Gracias a Dios tengo muy buenos amigos en quienes confiar; de quienes he aprendido mucho y con quienes he crecido en todos los ámbitos de mi vida. Espero que tú también los tengas, que te des cuenta ¡cuán importante eres en sus vidas!, ¡cuán importante son en tu vida! La verdadera amistad tiene un valor incalculable. ¡Cuidalo! Deja tu comentario.