¿Cómo aprender a desaprender?

A lo largo de nuestras vidas hemos ido aprendiendo muchas cosas, entre buenas y malas, y gran parte de todo ese bagaje cultural-social y comportamental lo hemos aprendido de manera inconsciente en la interacción con otros seres humanos: casa, escuela, iglesia, ambiente, etc. Pero ¿lo que hemos aprendido ha quedado grabado, o simplemente se disipó?, ¿alguien sabe con certidumbre qué pasó con ese grito de mamá hacia el papá cuando llegó tarde? No creo. Está comprobado que para aprender nuevas cosas, primero debemos desaprender la cosas que hemos aprendido mal o que se han grabado en nuestro inconsciente de manera involuntaria.

¿CÓMO APRENDER A DESAPRENDER?

El título de este post sugiere que las personas han aprendido de una u otra manera: comportamientos, ideas, palabras, gestos, e incluso maldades sin querer, caracterizados por poseer mucha carga emocional para quien las aprende, pues es muy probable que dichos comportamientos, ideas, etc., hayan sido aprendidos de personas que el niño(a) haya idealizado mucho. Estas actitudes con el tiempo traerá problemas a la persona que quiere corregirlos, ya que se encuentran bien interiorizados en ellos, cual estigma marcada por los mismos dioses a la hora de elegir sus soldados. Y, gran parte de todo este aprendizaje vicario o social, lo obtuvimos de nuestros propios padres, pero sin dejar de mencionar el influjo de las personas de nuestro entorno. 

¿Acaso no recuerdas con mucha pena cuando alguien te dijo o te hizo notar que tienes comportamientos muy parecidos a la mamá, papá, tía(o), amiga(o)? Si haces memoria, de seguro que sí. Esto se ha dado, debido a que tus conexiones neuronales han hecho el trabajo de asociar los estímulos cotidianos con los del pasado, es decir, una reacción que tuvo tu mamá ante un evento estresante ahora tú la estás teniendo ante un acontecimiento parecido. Por eso que respondes ante esta casi siempre de la misma forma como lo hizo tu madre. 

¡Qué feo carácter, igualito a su padre!, ¡uy, ahorita te sale tu mamá o papá!, ¡no puedo creerlo, actúas como él/ella (alguna amistad), por citar tres casos, al menos. Esto nos conduce a pensar que, a pesar de tener conciencia superior de todos nuestros actos, existen pensamientos y conductas automáticas que nos hacen ser ese, que a veces no queremos, ese ser despreciable que nunca mejora y siempre lástima ¿por qué? Pues, porque no todo lo que hemos aprendido y asimilado ha sido bueno. A veces decimos cosas que luego nos ponen mal, o peor aún, hacemos cosas que nos terminan comiendo el coco. Ya tú te imaginarás cuáles, como cuando dices "no me jodas" de manera automática a situaciones que no son tan extremas.

Toda esa interacción con el ambiente y las personas más cercanas han logrado calar en nuestra personalidad a la hora de reaccionar ante eventos cotidianos, y casi siempre manifestando la misma reacción. Tu cerebro emotivo responde más rápido que el racional.

                                           

Cómo aprender a desaprender hace un análisis propio de tu persona y de todos tus pensamientos automáticos que hayas aprendido, pues estos se manifiestan en tus acciones. 

Te voy a poner otros ejemplos claros: 

Cada vez que tu pareja, hermanos, hijos... te hacen enojar con algo que para ti es sustancial, reaccionas casi igual. 

Si no te llamó, reaccionas casi siempre igual (es automático), "¿por qué no me llamaste Luis, si tú sabes que... ?" 

Si hace algo desagradable, lo insultas (es automático) "oye pedazo de..." 

Si falta plata en casa, dirás las mismas palabras de siempre (es automático). ¿Por qué casi siempre reaccionas igual ante estímulos cotidianos o amorosos? ¿lo sabes? Bueno, pues, todo esto pasa porque tenemos configurado lo aprendido de muchas personas que han pasado por nuestras vidas y del ambiente en una memoria intocable (memoria reptiliana se le llama), y por esta razón que actuamos como actuamos.                                            

Corregirse va a ser muy difícil, sino mira a todos esos insensatos que a pesar de ser ya viejos siguen igual de abyectos y necios. Sin embargo, siempre hay una luz de esperanza para tales casos, donde la fatiga para lidiar con lo mismo los hace seres reflexivos y autoeficaces. La clave está en el reconocimiento de tales pensamientos automáticos, que de seguro son muchos. Detectarlos, aunque ya hayas realizado la acción denigrante, dicho algo impertinente o procaz en contra de tus congéneres, es el primer paso. 

Luego de ejercitar tu cerebro en el reconocimiento de estos, empieza el segundo paso. Este consiste en ponerte un límite en decirlas o hacerlas. Por ejemplo, si hoy ofendí a mi pareja ocho veces debido a este pensamiento automático "cosas que no quise decir o hacer", mañana seré capaz de reducir al máximo esas vejaciones, quizás serán dos o tres, y así... hasta reducirlos a nimiedades. 

La última etapa es la extinción de la misma gracias al trabajo hecho por ti, tu reflexión y amor hacia tu prójimo.

Saca de tu vida frases como, por mencionar algunas: "seguro me va a ir mal", "no lo soportaré", "no voy a poder", "me falta plata", "qué haré sin él", "todo me tiene que ir bien", "No jodas ya" (todos pensamientos automáticos) De seguro, todas estas frases no las quieras decir, pero se te vienen como un alud indetenible.  Ten en cuenta que lo que dices o haces lo has aprendido de todas las personas que tuvieron algo que ver en tu desarrollo psicosocial, y como estas personas tenían significancia en tu vida, las adaptaste a tu forma de ser, y fluye de manera inconsciente, pero ya es tiempo de desaprender lo aprendido. No es tarde.

Para concluir con este post te diré que, ya que todo esto se aprendió de manera inconsciente, es admisible todavía; No obstante, si eres un adulto y sigues teniendo estos pensamientos automáticos sin corregirlo, deberías ir a ver a un especialista, o mejor aún, aprende a desaprender por tu propia cuenta, para que seas una persona evolucionada. Es difícil, pero no imposible. Te deseo lo mejor. Deja tu comentario.