Las 5 cosas que quiero de ti: Trátame como a ella
He pensado mucho antes de escribir estas líneas que sintetizan la peor parte de mi matrimonio o noviazgo, como quieran llamarlo. Me hallo sumida en depresión por acontecimientos que entorpecen mi estabilidad emocional que, no quisiera que ninguna mujer pase lo mismo que yo; tampoco ningún buen caballero, que a decir verdad, me he encontrado con unos cuantos, pues aún los hay.
Pero no estoy acá para loar a estos pocos, sino para relatar hechos que mi pareja me otorga (yo no sé por qué) y que hacen de mi vida una desventura. Los eventos que tocaré a continuación son estacas profundas que laceran y someten a mi vida a un infortunio amoroso dados por un hombre que, no fue ni es nada caballero conmigo, pero que me sorprende su trato hacia otra.
Dejaré constancia que la mayoría de hombres caen en lo mismo cuando dejan de amar a sus mujeres; se tornan buenos de la noche a la mañana, y hasta realizan deferencias hacia otras que yo nunca conseguí en mi matrimonio. Particularmente, me fastidia de sobremanera verle cómo tiene este comportamiento y trato hacia otra que, a cualquiera hace pensar que es un caballero, pero que si ven a su esposa (o sea, yo) o novia en casa, se darán cuenta que no es nada de lo que aparenta.
Sin más, empiezo a relatar las 5 cosas que quiero de ti como esposa, mujer y amiga:
1) LLÉVAME A UN RESTAURANTE A COMER COMO LO HACES CON ELLA
Ya no recuerdo con precisión la última vez que fuimos a comer juntos ni a los lugares que solíamos ir, fue hace tanto tiempo que, las reminiscencias se han borrado por completo de mi memoria; sin embargo, recuerdo con claridad las tantas noches que me quedo en casa esperando a que llegues de trabajar para poder cenar juntos, y no llegas a la hora indicada, pues siempre tienes algo que hacer en la oficina o me dices que el tráfico es muy pesado, y que eso te retrasa más de la cuenta. ¡Eso ni tú te la crees! ¡No importa! Pero, por si quieres comer, he dejado tu comida tapada en la mesa porque no pude meterlo en el refrigerador, así de caliente.
No sé si cuando vas a comer con ella le jalas la silla para que se siente o dejas que pida lo más caro de la carta, ya que conmigo nunca lo has hecho. Tampoco sé si no dejas escapar un eructo en la mesa, como a veces lo haces en la mesa conmigo. Espero hayas mejorado ese aspecto y seas un caballero, porque si algún día te vas a ir, debes dejar lo chabacano y vulgar.
Fuente: Google
A mí, en cambio, solo me queda esperarte largas horas para comer, pues me gusta hacerlo a tu lado. No obstante, termino cenando sola, para luego sentarme a ver televisión y dejar pasar el tiempo, esperando a que llegues y tengas la amabilidad de guardar el plato de la mesa en el refrigerador, porque sé que no te la vas a comer.
2) LLÉVAME AL CINE A VER UNA PELÍCULA COMO LO HACES CON ELLA
Recuerdas que cuando eramos enamorados me llevabas al cine cada fin de semana. ¡Qué tiempos aquellos!, ¡no sé qué pasó!
Ahora, sin embargo, me imagino que cuando yo me quedo en casa viendo mi Netflix o las noticias del día, tú debes estar en el cine con ella riéndote y vacilándote. ¡Patán!
¿Qué te ha pasado?, ¿acaso no disfrutabas ver una película conmigo o es que soy muy aburrida para ti? En fin... Solo te pido que cuando llegues a casa tarde esos jueves de estreno, no me despiertes del sofá para ir a la cama, déjame así, ¡¿quizás no has pensado que me quedé esperando unas buenas horas para que puedas ver una película conmigo!? ¡bah! Eso que importa, si sé que siempre estás cansado.
Fuente: Google
Aunque ya no me lleves al cine, al menos acompáñame a ver algo que me haga olvidar que encontré unas cuantas veces , mientras lavaba tu ropa , entradas de los cines a los que has ido.
3) LLÉVAME A BAILAR Y A BEBER UN TRAGO COMO LO HACES CON ELLA
No es justo que yo como tu esposa no pueda conseguir divertirme contigo como lo hacíamos antes. Quizás debe ser que ya no me queda la misma ropa que antes solía usar cuando íbamos a los bares o "pubs", o quizás sea porque prefieres divertirte con otra mujer que no sea yo porque ya no me amas. Eso es probable. Está bien, sé que no me amas, pero eso de mentirme para poder pasar un fin de semana al lado de ella es bajo y vil, sin contar los días de semana que venías a casa tarde, ebrio y con rastros de besos en tu cuerpo.
1) LLÉVAME A UN RESTAURANTE A COMER COMO LO HACES CON ELLA
Ya no recuerdo con precisión la última vez que fuimos a comer juntos ni a los lugares que solíamos ir, fue hace tanto tiempo que, las reminiscencias se han borrado por completo de mi memoria; sin embargo, recuerdo con claridad las tantas noches que me quedo en casa esperando a que llegues de trabajar para poder cenar juntos, y no llegas a la hora indicada, pues siempre tienes algo que hacer en la oficina o me dices que el tráfico es muy pesado, y que eso te retrasa más de la cuenta. ¡Eso ni tú te la crees! ¡No importa! Pero, por si quieres comer, he dejado tu comida tapada en la mesa porque no pude meterlo en el refrigerador, así de caliente.
No sé si cuando vas a comer con ella le jalas la silla para que se siente o dejas que pida lo más caro de la carta, ya que conmigo nunca lo has hecho. Tampoco sé si no dejas escapar un eructo en la mesa, como a veces lo haces en la mesa conmigo. Espero hayas mejorado ese aspecto y seas un caballero, porque si algún día te vas a ir, debes dejar lo chabacano y vulgar.
A mí, en cambio, solo me queda esperarte largas horas para comer, pues me gusta hacerlo a tu lado. No obstante, termino cenando sola, para luego sentarme a ver televisión y dejar pasar el tiempo, esperando a que llegues y tengas la amabilidad de guardar el plato de la mesa en el refrigerador, porque sé que no te la vas a comer.
2) LLÉVAME AL CINE A VER UNA PELÍCULA COMO LO HACES CON ELLA
Recuerdas que cuando eramos enamorados me llevabas al cine cada fin de semana. ¡Qué tiempos aquellos!, ¡no sé qué pasó!
Ahora, sin embargo, me imagino que cuando yo me quedo en casa viendo mi Netflix o las noticias del día, tú debes estar en el cine con ella riéndote y vacilándote. ¡Patán!
¿Qué te ha pasado?, ¿acaso no disfrutabas ver una película conmigo o es que soy muy aburrida para ti? En fin... Solo te pido que cuando llegues a casa tarde esos jueves de estreno, no me despiertes del sofá para ir a la cama, déjame así, ¡¿quizás no has pensado que me quedé esperando unas buenas horas para que puedas ver una película conmigo!? ¡bah! Eso que importa, si sé que siempre estás cansado.
Aunque ya no me lleves al cine, al menos acompáñame a ver algo que me haga olvidar que encontré unas cuantas veces , mientras lavaba tu ropa , entradas de los cines a los que has ido.
3) LLÉVAME A BAILAR Y A BEBER UN TRAGO COMO LO HACES CON ELLA
No es justo que yo como tu esposa no pueda conseguir divertirme contigo como lo hacíamos antes. Quizás debe ser que ya no me queda la misma ropa que antes solía usar cuando íbamos a los bares o "pubs", o quizás sea porque prefieres divertirte con otra mujer que no sea yo porque ya no me amas. Eso es probable. Está bien, sé que no me amas, pero eso de mentirme para poder pasar un fin de semana al lado de ella es bajo y vil, sin contar los días de semana que venías a casa tarde, ebrio y con rastros de besos en tu cuerpo.
¿Crees que no sé que tus viajes por negocios o comisiones al interior del país eran falsos? ¡Ja,ja,ja! Ahí aprovechabas para verla e irte a bailar y beber. ¡Qué bien la pasabas sinvergüenza!
Fuente: Google
Si ya no crees que te puedas divertir conmigo, normal. A mí, solo me resta poner unas cuantas canciones que me hagan recordar las tantas veces que nos divertíamos juntos y que todos decían que hacíamos una dupla increíble en el baile. ¡Pero eso ya no importa! Ahora prefiero sentarme a beber un trago sola y ahogar mis penas pensando en tu despedida. Sé que pronto lo harás.
4) HAZME EL AMOR COMO SE LO HACES A ELLA
Ya no recuerdo la última vez que me tocaste ni la vez que lo hicimos con pasión y amor. Toda la pasión que alguna vez tuviste por mí se ha ido a una cama de hotel. Yo ya no sé que se siente entrar nuevamente a un cuarto de hotel ni las cosquillas previas a las citas a este lugar. Tal vez, ella tiene la oportunidad de sentirse amada y deseada; algo que yo ya no sé.
Nuestro amor se ha quedado adormecido y relegado a un amor extraño y foráneo que ha llegado a desplazar tu amor hacia mí. ¿Qué te ha pasado? Ya no me tocas, no me miras, no me deseas. Me parece extraño las tantas veces que me buscabas para hacerlo, y hoy, yo tengo que rogar para recibir una caricia tuya.
Fuente: Google
Ella tiene tu cuerpo y mente, que no me ha dejado un resquicio de esperanza para poder nuevamente envolverte en mi amor (no me deja). Me imagino las noches desenfrenadas en las cuales tú eres el amante perfecto para ella y yo la mujer que se desprecia a sí misma.
Hazle y dale las cosas que hace tiempo no me das. Sé un loco enfermo con ella, pero por favor no llegues a casa con olor a perfume barato. ¡Te lo pido! porque solo eso me falta para que mi presencia en esta casa termine extinguiéndose como la luz del día al atardecer.
5) TRÁTAME COMO A ELLA
Yo solo te pido que me trates como a ella, brindándome las atenciones y miramientos que a ella le concedes. No sé en qué momento me dejaste de amar. Pero, te digo que yo no hice nada para merecer este desprecio y maltrato por parte tuya.
Nuestro matrimonio no ha sido fácil (lo sé), pero eso no te da derecho a tratarme con indiferencia y desdén: respóndeme el celular, avísame si vas a llegar tarde, despídete de mí cuando sales a trabajar, etc.
Tu trato hacia mí ha cambiado desde hace cuatro meses. Los meses que llevas al lado de ella. Tú no eras así, y lo peor de todo, es que crees que no sé nada. ¡Qué poco me conoces! Lo sé desde el primer momento que desapareció tu esencia de mi cama. Las mujeres tenemos un sexto sentido para eso. Pero, te diré que, aunque te hayas burlado de mí, yo aún te amo y solo te pido que me trates como a ella y que yo vuelva a ser esa mujer que amabas y deseabas con ansias. !Yo no hice nada para merecer esto!
En síntesis, al escribir todas estas líneas, me doy cuenta que un hombre es capaz de modificar sus conductas habituales con tal de brillar y sorprender a una mujer; se vuelve más caballero, más tolerante y comprensivo que en casa. Si tan solo pudieran hacer eso con sus mujeres y no llegar al engaño, nuestras vidas maritales serían mucho mejor. Parece ser, que en ellos predomina la ingratitud y deslealtad hacia nosotras. Deja tu comentario.
Si ya no crees que te puedas divertir conmigo, normal. A mí, solo me resta poner unas cuantas canciones que me hagan recordar las tantas veces que nos divertíamos juntos y que todos decían que hacíamos una dupla increíble en el baile. ¡Pero eso ya no importa! Ahora prefiero sentarme a beber un trago sola y ahogar mis penas pensando en tu despedida. Sé que pronto lo harás.
4) HAZME EL AMOR COMO SE LO HACES A ELLA
Ya no recuerdo la última vez que me tocaste ni la vez que lo hicimos con pasión y amor. Toda la pasión que alguna vez tuviste por mí se ha ido a una cama de hotel. Yo ya no sé que se siente entrar nuevamente a un cuarto de hotel ni las cosquillas previas a las citas a este lugar. Tal vez, ella tiene la oportunidad de sentirse amada y deseada; algo que yo ya no sé.
Nuestro amor se ha quedado adormecido y relegado a un amor extraño y foráneo que ha llegado a desplazar tu amor hacia mí. ¿Qué te ha pasado? Ya no me tocas, no me miras, no me deseas. Me parece extraño las tantas veces que me buscabas para hacerlo, y hoy, yo tengo que rogar para recibir una caricia tuya.
Ella tiene tu cuerpo y mente, que no me ha dejado un resquicio de esperanza para poder nuevamente envolverte en mi amor (no me deja). Me imagino las noches desenfrenadas en las cuales tú eres el amante perfecto para ella y yo la mujer que se desprecia a sí misma.
Hazle y dale las cosas que hace tiempo no me das. Sé un loco enfermo con ella, pero por favor no llegues a casa con olor a perfume barato. ¡Te lo pido! porque solo eso me falta para que mi presencia en esta casa termine extinguiéndose como la luz del día al atardecer.
5) TRÁTAME COMO A ELLA
Yo solo te pido que me trates como a ella, brindándome las atenciones y miramientos que a ella le concedes. No sé en qué momento me dejaste de amar. Pero, te digo que yo no hice nada para merecer este desprecio y maltrato por parte tuya.
Nuestro matrimonio no ha sido fácil (lo sé), pero eso no te da derecho a tratarme con indiferencia y desdén: respóndeme el celular, avísame si vas a llegar tarde, despídete de mí cuando sales a trabajar, etc.
Tu trato hacia mí ha cambiado desde hace cuatro meses. Los meses que llevas al lado de ella. Tú no eras así, y lo peor de todo, es que crees que no sé nada. ¡Qué poco me conoces! Lo sé desde el primer momento que desapareció tu esencia de mi cama. Las mujeres tenemos un sexto sentido para eso. Pero, te diré que, aunque te hayas burlado de mí, yo aún te amo y solo te pido que me trates como a ella y que yo vuelva a ser esa mujer que amabas y deseabas con ansias. !Yo no hice nada para merecer esto!
En síntesis, al escribir todas estas líneas, me doy cuenta que un hombre es capaz de modificar sus conductas habituales con tal de brillar y sorprender a una mujer; se vuelve más caballero, más tolerante y comprensivo que en casa. Si tan solo pudieran hacer eso con sus mujeres y no llegar al engaño, nuestras vidas maritales serían mucho mejor. Parece ser, que en ellos predomina la ingratitud y deslealtad hacia nosotras. Deja tu comentario.
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